Venecia es la capital de Véneto, una de las 20 regiones mediante las que se encuentra fragmentada Italia. La
ciudad la componen un total de 118 islas, conectadas por 455
puentes y ordenadas por razón de 6 distritos o sestieri
diferenciados: Castello, San Marco, Dorsoduro, Cannaregio, Santa
Croce y San Polo. El distrito de San Marco es, sin duda, el más
conocido y frecuentado por los visitantes, cuya denominación atiende
al patrón de la ciudad, representado alegóricamente como un león
alado. Sus reliquias se encuentran en el principal templo católico
de la urbe, la catedral de San Marcos, que engalana la plaza homónima junto al
Palacio Ducal y el magnificente Campanile.
Pero ¿Cómo surgió esta enigmática ciudad que parece un grandioso
decorado teatral? ¿Quiénes fueron los encargados de cimentar la
laguna para dar lugar a un urbanismo y una arquitectura tan
suntuosos?
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Vistas de Venecia desde el Campanile |
La historia se remonta
al período de las grandes migraciones europeas, cuando los hunos, nómadas provenientes de Asia Central, asediaron la región en el año 452 provocando el traslado de población regional a la laguna, para huir del caos, estableciéndose en la zona, ya conocida y anexada al sistema administrativo romano, y formando los primeros asentamientos estables a base de consolidar los suelos de mala calidad con los que se encontraron, formados por estratos de limo y arenas cenagosas, que dificultaban la tarea constructiva y determinaban el carácter ligero que debían tener las edificaciones. Venecia es la única ciudad italiana destacada que no está construída sobre restos arqueológicos de la antigüedad, quizá por eso es aún más especial. Tal y como sentenció Petrarca, Venecia es mundus alter, es decir, "otro mundo".
En el siglo VI la ciudad se incorpora al territorio del
Imperio Bizantino y se instituye como capital de la provincia de
Venetia. El centro político se encontraba en tierra firme, pero poco
después se instala en Malamocco, en la isla de Lido. A partir del
siglo VII el gobierno, que era ejercido hasta entonces por un
funcionario bizantino, queda a disposición de un dux
o dogo electo por la
población veneciana.
En el siglo IX, el tercer hijo
de Carlomagno, Pipino, quiso hacerse con el archipiélago, sin éxito. Circulan algunas leyendas acerca de la contienda que, supuestamente, tuvo lugar entre los ciudadanos vénetos y las tropas de Pipino, que habrían luchado y vencido al rey lombardo en una batalla que, hoy sabemos, nunca se libró. A pesar de que no hubo una batalla como tal, se decide trasladar la capital al centro, a Rialto, para evitar
nuevos ataques marítimos. Rialto deriva de Rivus Altus, río
profundo, por encontrarse en una zona entre dos islas, hoy conocida como el
Gran Canal, que se abría a través del río Businiacus.
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Mapa de Venecia. Representación de la ciudad en Galleria delle Carte Geografiche, de Egnazio Danti. 1580-1583. Museos Vaticanos. |
Pese a lo indicado, la región quedó desde entonces estrechamente
ligada a Bizancio, dejándonos evidencias claras en sus creaciones
artísticas. Las primeras edificaciones significantes se realizaron a partir de la participación de Venecia en la Cuarta Cruzada, junto a los franceses, tras el Saqueo de Constantinopla, dando lugar al enriqueciendo la ciudad y a la consolidación urbanística gracias al expolio bizantino. No hay que olvidar, tampoco, que la lejanía de Venecia
respecto a Constantinopla ofrecía a los artistas venecianos una autonomía
que proporcionaba a sus obras un lenguaje propio,
surgido del influjo clásico del Imperio romano de Occidente y al aura bizantina, unido a las características oriundas de la región,
tanto culturales como en cuanto a las peculiaridades del terreno,
arrojando al mundo un lenguaje arquitectónico, pictórico y
urbanístico que se distingue como inherente a la
laguna.
En las siguientes entradas me iré deteniendo en los diferentes barrios que componen el archipiélago, su historia y los monumentos más destacados. Pero esta primera, quería dedicarla, de manera introductoria, a contaros cómo se formó esta maravillosa ciudad que encandila a cualquier visitante que se precie, no solo por la belleza arquitectónica o la riqueza cultural y artística, sino por el encanto de cada rincón escondido, por el silencio que se respira a cada paso debido a la falta de tráfico terrestre, el romanticismo de sus restaurantes con vistas al canal, por los paseos en góndola o vaporetto y, en definitiva, por toda la fascinación que desprende y hace de Venecia uno de los destinos más visitados del mundo.
Fuentes:
BOULTON, Susi. Venecia. Ediciones Granica. Barcelona, 1996.
FORTINY BROWN, Patricia. Arte y vida en la Venecia del Renacimiento, Akal, 2008.
GALIBERT, Leon. Historia de la República de Venecia. Librería Española, 1957.
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