El distrito de San Marco es el más conocido y frecuentado por los turistas que viajan a Venecia. En él se encuentra la gran plaza de San Marcos, la catedral, la Torre dell'Orologio, el Palacio Ducal, la Biblioteca Marciana, el Campanile, el Palacio Fortuny y San Giorgio Maggiore. Como vemos, casi todos los lugares imprescindibles de la ciudad que aparecen en cualquier guía de viajes que se precie se encuentran ubicados en este sestiere o distrito. En esta entrada al blog haremos un rápido repaso a todos los edificios de interés turístico citados, corroborando no solo su belleza y singularidad, sino también el valor histórico, artístico y cultural que comprenden.
Fotografía desde el muelle de la piazzeta de San Marcos |
Como no podía ser de otra forma, comenzaremos el paseo a través del distrito por la plaza de San Marcos, la única reconocida como tal en la ciudad, siendo las demás denominadas campielli o campo. Está delimitada por tres grandes edificios llamados procuradurías (Vieja, Nueva y Ala Napoleónica), que actualmente albergan museos y, en su primera planta, las cafeterías más emblemáticas y caras de la urbe. Es uno de los lugares de menor altitud del archipiélago, quedando anegado a menudo cuando sube la marea, momento en el que se disparan las alarmas anunciando "acqua alta" y son colocadas unas pasarelas de madera para que la circulación peatonal pueda continuar con normalidad. Cerrando las procuradurías vecchie, se erige la Torre del Reloj, una magnífica obra de ingeniería renacentista de Mauro Coduso.
La Plaza de San Marcos con "acqua alta" |
La piazza se abre frente a la basílica en el siglo IX, a modo de explanada sin pavimentación. No fue hasta el siglo XIII cuando el suelo se cubre con ladrillo, pasando a rehabilitarse en diferentes ocasiones hasta obtener su aspecto actual. Atravesándola, llegamos a la majestuosa basílica de San Marcos, levantada en origen de forma mucho más austera, en ladrillo, para albergar las reliquias del santo, traídas de Alejandría. En el siglo XI es reconstruida por arquitectos bizantinos, dándole el aspecto actual, aunque será modificada más adelante con diferentes añadidos.
Su planta es de cruz griega con bellísimas cúpulas finalizando cada uno de sus cuatro brazos y, una quinta, coronando el crucero. En el siglo XIII se añade el nártex que da la entrada a los fieles y otras cúpulas de menor tamaño que lo recorren. En la fachada principal nos encontramos con cinco vanos de acceso al templo, ricamente decorados mediante columnas y mosaicos dorados. Sobre la portada central podemos observar a la Cuadriga Triunfal, en conmemoración a la fuerza del estado y, sobre ellos, un arco de medio punto sobre el que se encuentra el león dorado, representando al santo patrón. En el siglo XV son añadidos los remates de los gabletes, cuyo estilo posee influencia del gótico europeo. En el interior nos encontramos con tres naves cubiertas de dorados mosaicos que se fueron realizando gracias a los tributos que eran cobrados a los mercaderes como regalo para embellecer la basílica. De los objetos que podemos admirar en su interior, cabe destacar la sensacional Pala d'Oro, retablo realizado en oro, plata y esmaltes de piedras preciosas, y la pila bautismal de pórfido del siglo II.
Junto a la Catedral, en la piazzeta contigua, se erige el Palacio Ducal, sede del dogo, que en origen se concibió como un castillo fortificado y que sería modificado durante siglos hasta conseguir el resultado actual, teniendo lugar su última intervención durante el renacimiento tardío y, sobre todo, durante gótico, estilo que caracteriza la apariencia final del edificio y que lo distingue como uno de los más emblemáticos de la ciudad. Frente a él se eleva el Campanile, cuya entrada al interior nos es dada a través de la Loggeta de Jacopo Sansovino, realizada en ladrillo y mármol como si se tratase de un arco de Triunfo. Su construcción fue creada para servir de asiento a los procuradores de la República cuando tenía lugar el Consejo Mayor en el Palacio Ducal.
Palacio Ducal y Biblioteca Marciana |
El Campanile se construye en el siglo X como torre de vigilancia, pero ha tenido diferentes usos a lo largo de su historia. La torre se derrumbó en 1902 y se realizó una reconstrucción histórica, tal y como era en el siglo XVI, tras la intervención de Bartolomeo Bon, y en el mismo lugar donde se encontraba, tras diversos debates. Su aspecto actual responde a un cuerpo principal de ladrillo de 50 metros de altura. La zona del campanario que se erige inmediatamente después, a modo de galería, está esculpida en piedra blanca de Istria y coronada por un bloque piramidal en cuyo extremo se sitúa el arcángel Gabriel, haciendo, a su vez, de veleta.
Continuando por esta piazzeta, junto al Campanile, encontramos la Biblioteca Marciana, también encargada a Sansovino para alojar a los procuradores y como contenedor de los fondos de la biblioteca del Cardenal Bessarion. Tras la muerte de Sansovino, toma las riendas Vicenzo Scamozzi, siguiendo el diseño original pero alargando los muros del edificio hasta el canal. Junto a la biblioteca, encontramos otra edificación, de planta cuadrada, diseñada por el mismo arquitecto del edificio marciano, que tenía como fin ser el Palazzo della Zecca o la Casa de la Moneda. En la actualidad forma parte de la biblioteca y tiene una sala de lectura con una gran cristalera por techumbre.
No podemos olvidar en este recorrido el Palazzo Fortuny. El edificio posee tres fachadas, una de ellas mira al río di Ca' Michiel y las otras hacia el interior. La fachada principal, la que mira hacia el río, es, como ocurre en casi todos los modelos de palacio veneciano, estrecha respecto a la profundidad del edificio, debido a las particularidades de los solares. Además, estas residencias de la aristocracia veneciana, la mayor parte formada por mercaderes, solían tener tres pisos con habitaciones pequeñas flanqueando una sala alargada, a diferencia de los palacios florentinos cuyas dependencias suelen girar en torno a un patio central. El palacio fue residencia de Benedetto Pesaro en el siglo XV, que reconstruyó un edificio anterior dedicado a almacenaje. Tras fallecer toda la descendencia de Pesaro, el edificio pasó a alquilarse a diferentes familias, hasta que Mariano Fortuny Madrazo estableció allí su estudio a partir del siglo XIX. Con el paso de los años, tras conseguir hacerse con la totalidad del edificio, fue procediendo a su recuperación y restauración. Hoy pertenece al Ayuntamiento de Venecia, inaugurandose como museo en 1975 con objetos de diversa índole, como pintura, fotografía, escenografía y tejidos realizados por Fortuny.
Por último, destacar la imponencia de San Giorgio Maggiore, frente a la piazzeta de San Marcos, en la isla de San Giorgio. La iglesia es una obra de Andrea Palladio proyectada en 1565. Se levanta sobre la antigua iglesia del monasterio homónimo, edificado en el siglo X, y se realiza con planta basilical por encargo eclesiástico, a pesar de la habitual preferencia del arquitecto por la planta centralizada, adaptándose al gusto renacentista. Predomina su bella fachada, que posee todos los elementos que distinguen el lenguaje palladiano.
No debemos olvidar el valor de las obras de Tintoretto que alberga su interior y el campanario, al que se permite el acceso y nos ofrece unas vistas tan hermosas como las que podemos admirar desde el Campanile. A mediados del siglo XX, tras muchos años de abandono, la familia Cini recuperó y rehabilitó los edificios que componen el complejo monástico, siendo hoy la Fundación Cini y un centro de investigación donde tienen lugar diferentes actividades relacionadas con la cultura.
San Giorgio Maggiore |
Fuentes:
BOULTON, Susi. Venecia. Ediciones Granica. Barcelona, 1996.
FORTINY BROWN, Patricia. Arte y vida en la Venecia del Renacimiento, Akal, 2008.
GALIBERT, Leon. Historia de la República de Venecia. Librería Española, 1957.
https://www.veneziaunica.it/es/content/uffici-di-informazione-ed-accoglienza-turistica-iat
https://universes.art/es/art-destinations/venecia/tours/san-giorgio-maggiore
https://fortuny.visitmuve.it/en/home/
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