Conocido como Jean de Boulogne, Juan de Bolonia, Giambologna o el nuevo Miguel Ángel, es el autor de la escultura de Neptuno que corona esta fuente monumental, ubicada en la piazza Nettuno, en la ciudad de Bolonia, junto a la piazza Maggiore, en la que se encuentra la afamada basílica de San Petronio. Este dios marítimo de bronce es un claro competidor del Neptuno florentino -de hecho, Giambologna realiza el diseño para la fontana de Florencia- y uno de los mejores ejemplos de la escultura manierista. En detrimento del clasicismo que se imponía hasta la fecha, en esta escultura vemos cómo la sinuosidad helicoidal domina la pieza. La cabeza del dios se gira, su hombro se retrae y la pierna se adelanta, dotando al cuerpo de un movimiento que se ha denominado figura serpentinata.
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Fuente de Neptuno, Bolonia, año 2019 |
La base de la fontana, a la que se accede a través de tres peldaños de mármol rojizo, nos lleva a una piscina rectangular provista de tres tres niveles o pisos. Fue ejecutada por Tommaso Laureti en 1563 y, en la primera etapa, nos encontramos con tres nereidas sosteniendo sus pechos, de los que emana el agua de la fuente. En el siguiente nivel, aparecen los emblemas pontificios que nos llevan hacia la última etapa, que finaliza con cuatro querubines con delfines, representando, cada uno de ellos, a un río de las cuatro partes del mundo conocidas hasta el momento de la ejecución de la obra (Ganges, Nilo, Amazonas y Danubio). En el centro, el gobernador de aguas y mares: Neptuno o Poseidón.
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Fuente de Neptuno, detalle, Bolonia, año 2019 |
La fuente fue encargada por Carlo Borromeo para conmemorar la elección del papa Pío VI, familiar de este. Por dicho motivo, puede causar sorpresa la gran carga erótica que contiene la obra. Además, como curiosidad, contaros que Giambologna quiso realizar los testículos de Neptuno de mayor tamaño, pero no se lo permitieron, por lo que se le ocurrió realizar un juego visual desde uno de los ángulos de la plaza, donde podemos ver uno de los dedos del dios a la altura de su sexo, dando la sensación de una posible erección divina.
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